El jamón ibérico y el jamón serrano son manjares de la gastronomía española, al punto que no solo son apreciados en nuestro país, sino que también son altamente valorados a nivel mundial.
Este alimento es muy típico en épocas decembrinas, de hecho, es una tradición que los lotes y cestas de navidad incluyan uno, sin embargo, no importa cuál sea la época del año, una buena pieza de jamón siempre se degusta con entusiasmo.
Ahora bien, el jamón ibérico y el jamón serrano, ¿son iguales? Actualmente, son muchas las personas las que aún no pueden ver las diferencias entre ambos, es por ello que hoy nos dedicaremos a establecerlas, para que puedas diferenciar uno del otro y disfrutar de todo su sabor conscientemente.
Diferencias entre el jamón ibérico y el jamón serrano:
El cerdo
La principal diferencia entre el jamón ibérico y el jamón serrano es el cerdo de donde provienen. En el primer caso, este alimento se deriva del cerdo de raza ibérica, el cual es un animal autóctono que, por ser criado en la Península Ibérica tiene características y propiedades únicas, lo que quiere decir que el verdadero jamón ibérico solo se produce en nuestras tierras y en Portugal.
Por su parte, el jamón serrano puede provenir de cualquier parte del mundo (aunque en España se hacen de los mejores), ya que el animal de donde proviene es el cerdo blanco, cuya crianza no es exclusiva de España, por lo que el ejemplar puede ser de raza Large White o Duroc, por mencionar algunas.
Forma del jamón ibérico y el serrano
Una pata de jamón ibérico tiene una forma más estilizada. En este sentido, el jarrete es más fino, todo lo contrario a la pata de jamón serrano que tiene un jarrete más amplio. En las pesuñas también hay diferencias, ya que la del jamón ibérico suele ser de color negro, mientras que la del serrano es de color blanco.
Propiedades organolépticas
Las propiedades organolépticas hacen referencia al color, olor, sabor y textura que tienen los alimentos. En el caso de estos 2 jamones hay diferencias muy marcadas.
En cuanto al color, el jamón ibérico se caracteriza por tener una carne de color más rojizo, mientras que la carne del jamón serrano tiene un tono más rosado, es decir, es más clara.
Con respecto a olor y sabor, el jamón ibérico es mucho más intenso tanto al olfato como al gusto, mientras que el serrano tiene aroma y sabor más suaves.
Una vez en boca, la textura de ambos alimentos también es distinta, siendo la carne del jamón ibérico mucho más jugosa. Esto debido a que el cerdo ibérico tiene la capacidad de infiltrar grasa en sus músculos, lo que le otorga a la pieza de jamón una textura inigualable e inconfundible.
Secado y curación
Aunque las etapas de secado y curación sean iguales en procedimientos para ambos tipos de jamón, sí que hay diferencias en cuanto a formas y tiempo.
Por ejemplo, el jamón ibérico se seca de forma artesanal, mientras que el jamón serrano suele secarse en secaderos artificiales. En cuanto al tiempo de curación, el jamón ibérico requiere de un periodo mucho más largo.
Esto se debe a que, como hemos mencionado, el cerdo ibérico infiltra grasa en sus músculos, por lo que necesita un tiempo de curación de entre 24 y 36 meses, a diferencia del jamón serrano que generalmente está listo en 15 meses.
Precio
Por las diferencias que hemos establecido, es fácil entender que estos jamones también tienen precios diferentes. El jamón ibérico suele ser más costoso, pues se trata de un producto único y extremadamente delicioso, sin embargo, esto no quiere decir que el jamón serrano (más barato) no tenga buenas propiedades y características.