Aparte de delicioso, el queso es un alimento que está repleto de nutrientes que aportan beneficios a la salud, por lo que si te gusta por su sabor y textura, ahora tienes otra razón de peso para seguir consumiéndolo.
Puede hacerse a partir de leche de diferentes animales (vaca, cabra, oveja…) y dependiendo del tiempo de curado y maduración al que sean sometidos, se obtienen quesos de diferentes texturas, sabores y con una interesante variación de aportes nutricionales. A continuación hablemos sobre los tipos de quesos y las características que tienen.
Aporte nutricional del queso y sus beneficios
Al ser un derivado de la leche, el queso es una excelente fuente de proteínas de buena calidad. Asimismo, en su composición cuenta con vitaminas A, D, E y vitaminas del grupo B, también posee minerales como el sodio, calcio y potasio en muy buenas proporciones.
Todo esto hace que sea un alimento cuyo consumo contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, fortalecer la salud ósea, mejorar la digestión y otros problemas gastrointestinales.
Por todo lo anterior, es sencillo deducir que si quieres hacer un buen regalo esta época decembrina, nada mejor que obsequiar lotes de navidad con queso a tus seres queridos.
Quesos curados
Entre los tipos de quesos más exquisitos están los curados. Estos son el resultado de un largo proceso de maduración que se toma de 3 a 9 meses, esto hace que tengan una textura dura, un olor característico y un sabor intenso, es decir, son un verdadero manjar.
También son los que tienen el menor contenido acuoso, lo que los hace más duraderos en el tiempo y más sencillos de conservar. Esto también hace que tengan mayor cantidad de grasa y de sodio.
Pero, para compensar, los quesos curados son los que tienen mayor contenido de vitaminas y minerales como calcio y potasio en su composición y los que más proteínas de calidad aportan, por lo que comerlos con moderación puede ser muy positivo para la salud.
Quesos semi-curados
En el caso de los quesos semi-curados, el periodo de maduración oscila entre 2 y 3 meses. Este tiempo es suficiente para perder gran parte de su contenido acuoso, por lo que resulta un queso alto en sodio, en grasas y colesterol, pero con un sabor estupendo y una textura cremosa.
El proceso de curación también permite que se trate de un queso que contiene muchas proteínas de buena calidad y que posee una alta concentración de vitamina D y minerales como el potasio y el calcio.
Quesos tiernos
El tiempo de curado de los quesos tiernos oscila entre 15 y 30 días, lo que quiere decir que es un periodo corto, pero suficiente para conseguir un queso de sabor suave, textura tierna y mayor contenido acuoso que los quesos curados o semi-curados.
Al haberse madurado por tan poco tiempo, resulta un queso bajo en grasas y colesterol, aunque con buen aporte proteico y un aporte moderado de minerales como el calcio y vitaminas como la D. Con respecto al sodio, su contenido es muy bajo, por lo que si quieres cuidar tu alimentación, incluir quesos tiernos en tu dieta es una gran idea.
Quesos frescos
Otro de los tipos de quesos que podrás encontrar son los frescos, aquellos que no pasan por ningún proceso de curado, de hecho, se pueden consumir una vez que esté lista la cuajada, esto hace que tengan una textura mucho más blanda, mayor contenido acuoso y un delicioso sabor suave.
En cuanto a los nutrientes, los quesos frescos son una buena fuente de proteínas de alta calidad y aportan Vitamina D y minerales como calcio y potasio. Sin embargo, al conservar un elevado porcentaje del suero de la leche en su composición, dichos nutrientes están disueltos, por lo que el aporte no es mucho.
Por otra parte, los quesos frescos son bajos en grasas y en sodio, por lo que son la opción por excelencia de quienes quieren perder peso.
Ahora que ya conoces todos los tipos de quesos y cómo diferenciarlos, elige ya tus cestas de navidad baratas con este alimento ¿a qué esperas?